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Octubre es el mes de la concienciación sobre el Cáncer de Mama, una fecha que cada año impulsa campañas de información y detección temprana, pero también abre espacio para hablar de un aspecto que a menudo pasa desapercibido en estos casos: la fertilidad.
Los tratamientos oncológicos, especialmente la quimioterapia y la radioterapia, pueden afectar de forma significativa la reserva ovárica de la mujer y, con ello, las posibilidades de ser madre en el futuro. En este contexto, la vitrificación de óvulos, técnica de congelación ultrarrápida que ha evolucionado de forma notable en la última década, se ha consolidado como una alternativa eficaz para preservar la fertilidad en mujeres diagnosticadas con cáncer que deben iniciar tratamientos de forma inminente.
Hoy en día, esta técnica no es solo una posibilidad tecnológica, sino una decisión consciente que cada vez más pacientes toman para mantener abierta la opción de ser madres en un futuro. Así lo demuestra un estudio pionero presentado por la Fundación Tambre en el marco del congreso ESHRE 2025, que analiza cómo ha cambiado la vitrificación de óvulos en los últimos ocho años.
Los resultados reflejan una transformación constante en los perfiles de las mujeres que recurren a esta técnica y en los resultados clínicos obtenidos. En 2015, y solo en su clínica de Madrid, se registraron 35 casos, mientras que en 2023 la cifra ascendió a 306, lo que evidencia un crecimiento sostenido impulsado por una mayor conciencia social y médica sobre la importancia de preservar la fertilidad a tiempo.
Uno de los cambios más relevantes es el descenso progresivo de la edad media en el momento de la vitrificación, situándose en una media de 36,4 años. Esta tendencia confirma el mensaje que los especialistas en fertilidad transmiten desde hace tiempo: cuanto antes se congelen los óvulos, mayores serán las probabilidades de éxito futuro. En paralelo, el número total de óvulos vitrificados aumentó de 248 en 2015 a 910 en 2023, reflejando no solo una mayor demanda, sino también una mejora en la eficiencia de los procedimientos y en la calidad de los resultados.
Evolución de la vitrificación en Tambre (2015–2023)
Tendencias en casos atendidos, edad media de vitrificación y óvulos preservados.
De 35 a 306 mujeres en 8 años
Impulsado por mayor conciencia social y médica sobre la preservación de la fertilidad.
Edad media de vitrificación
Descenso progresivo de la edad en el momento de vitrificar. Cuanto antes se preserva, mayores opciones de éxito futuro.
Óvulos vitrificados: + eficiencia y calidad
Mayor demanda y procedimientos más eficientes se traducen en mejores resultados clínicos.
Implicaciones para las pacientes oncológicas
Para una mujer que recibe un diagnóstico de cáncer, el tiempo es un factor determinante. Muchas deben comenzar el tratamiento oncológico en pocas semanas, por lo que la decisión de vitrificar sus óvulos debe tomarse con rapidez. Afortunadamente, los protocolos médicos actuales permiten realizar la estimulación ovárica y la extracción de óvulos en plazos ajustados, sin comprometer la seguridad ni retrasar el inicio de la terapia contra el cáncer.
Herramientas como la hormona antimülleriana (AMH) y el recuento de folículos antrales (AFC) permiten evaluar la reserva ovárica y orientar con precisión sobre el número y la calidad de óvulos que se pueden preservar.
Preservar hoy, decidir mañana
Uno de los hallazgos más interesantes de la investigación es que solo el 5,6% de las pacientes de 2023 había utilizado sus óvulos congelados al cierre del estudio. En 2015, esta cifra era del 45,7%. Esto evidencia que la vitrificación es, sobre todo, una estrategia preventiva: una decisión tomada con calma para mantener abierta la posibilidad de ser madre en el futuro, sin presiones inmediatas.
La vitrificación: una decisión preventiva
Cada vez más mujeres optan por preservar su fertilidad de forma preventiva, manteniendo abierta la posibilidad de ser madres sin presiones ni urgencia.
Para las pacientes con cáncer, esta opción representa una ventana de esperanza realista. Gracias a la congelación de óvulos antes del tratamiento, muchas mujeres han podido, años después de superar la enfermedad, cumplir su deseo de tener un bebé.
En el mes de concienciación sobre el Cáncer de Mama, visibilizar opciones como la vitrificación es fundamental. Preservar la fertilidad antes del tratamiento oncológico no solo es posible, sino que hoy es una alternativa segura, eficaz y respaldada por datos sólidos. Se trata, en definitiva, de ofrecer a las mujeres herramientas para decidir sobre su futuro con libertad y sin renunciar a sus proyectos de vida.
Preservar tu fertilidad es una forma de cuidar tu futuro
En Tambre te acompañamos con la misma ciencia, cercanía y esperanza que inspiran cada historia.
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