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Un estudio de Fundación Tambre que revela tendencias clave en preservación de la fertilidad
Preservar la fertilidad ya no es solo una posibilidad, es una decisión consciente que cada vez más mujeres toman para mantener abierta la opción de ser madre en el futuro. Pero, ¿qué sabemos realmente sobre cómo ha evolucionado la vitrificación de óvulos en los últimos años?
En un contexto donde la demanda de tratamientos de preservación crece y se diversifica, disponer de datos objetivos y actualizados es esencial para orientar bien a las pacientes y adaptar las estrategias clínicas. Por eso, en el marco del congreso ESHRE 2025, Tambre presenta un estudio pionero que analiza con rigor cómo han evolucionado los perfiles de las pacientes y los resultados clínicos en los tratamientos de vitrificación de óvulos entre 2015 y 2023.
La investigación, liderada por la Dra. Ángela Llaneza y desarrollada por Fundación Tambre, analiza una de las mayores series de datos clínicos en vitrificación ovocitaria recogida de forma continuada en una única clínica durante 8 años.
¿Qué se preguntó el equipo de investigación?
La premisa era clara: entender cómo ha cambiado la vitrificación de óvulos en casi una década. ¿Ha variado la edad de las pacientes? ¿Qué tendencias se observan en cuanto a reserva ovárica, tasa de supervivencia ovocitaria o perfil internacional? ¿Qué implicaciones tienen estos cambios para el asesoramiento actual?
¿Cómo se realizó el estudio?
Este estudio retrospectivo incluyó a 936 pacientes que vitrificaron óvulos en Tambre entre 2015 y 2023. Y se analizaron variables clave como:
- Nacionalidad
- Edad media en el momento de vitrificación
- Marcadores de reserva ovárica (AMH y AFC)
- Número de óvulos vitrificados y posteriormente desvitrificados
- Tasa de supervivencia ovocitaria tras la desvitrificación
El equipo utilizó análisis estadísticos para entender cómo evolucionaron los perfiles y resultados clínicos año tras año.
¿Qué revelan los datos?
Los resultados reflejan una transformación constante y significativa en la forma en que las pacientes acceden a la vitrificación de óvulos y en los resultados que obtienen. A través del análisis estadístico, el equipo de Tambre ha podido identificar patrones claros y relaciones entre variables como edad, reserva ovárica, nacionalidad y tasa de supervivencia ovocitaria. Estas son algunas de las claves que destacan del estudio:
Crecimiento sostenido en el número de pacientes
En 2015 se registraron 35 casos. En 2023, la cifra ascendió a 306 pacientes. Este incremento refleja una mayor conciencia social sobre la preservación de la fertilidad, tanto entre mujeres jóvenes como entre pacientes internacionales.
Descenso de la edad media
La edad promedio de vitrificación disminuyó 0,30 años por cada año analizado, situándose en una media de 36,4 años durante todo el período. Esto refuerza un mensaje clave en fertilidad: cuanto antes se vitrifiquen los óvulos, mayores son las probabilidades de éxito futuro.
Aumento del número de óvulos vitrificados
De 248 ovocitos vitrificados en 2015, se pasó a 910 en 2023, una mejora que habla no solo de mayor demanda, sino también de una mayor eficiencia y calidad en los procedimientos.
Relación entre reserva ovárica y supervivencia
En el grupo de mujeres de entre 37 y 40 años, se observaron diferencias en la supervivencia de los óvulos tras la descongelación según la edad y la reserva ovárica. Las mujeres con mejor reserva, evaluada mediante los marcadores AMH y AFC, tendieron a obtener mejores resultados. Estos datos confirman el valor de estos marcadores para orientar a cada mujer sobre el mejor momento para vitrificar sus óvulos y qué resultados puede esperar.
Una vitrificación preventiva, no urgente
Un dato relevante es que solo el 5,6% de las pacientes de 2023 había iniciado el uso de sus óvulos preservados al cierre del estudio. En 2015, este porcentaje era del 45,7%. Esto indica que la vitrificación es, ante todo, una estrategia preventiva, elegida con calma y con visión de futuro.
¿Qué implicaciones tiene este estudio para las pacientes?
Este análisis permite ofrecer un consejo con base en datos reales: congelar los óvulos a edades más tempranas mejora la supervivencia ovocitaria y amplía las posibilidades de éxito futuro.
También confirma el valor de herramientas como el AMH y el AFC para ayudar a cada mujer a tomar una decisión informada.
Además, destaca una tendencia clave: cada vez más pacientes internacionales confían en Tambre para preservar su fertilidad. Esto subraya la proyección internacional de la clínica y su capacidad para ofrecer atención accesible, humana y científica a mujeres de todo el mundo.
La importancia de tener datos a largo plazo
Uno de los principales aportes de este estudio es su continuidad temporal. La recogida y análisis sistemático de datos durante ocho años aporta una solidez poco habitual en la literatura científica sobre vitrificación.
Este enfoque no solo mejora la medicina del presente, sino que permite anticipar mejor los escenarios del futuro, afinar los protocolos y diseñar estrategias de preservación más eficaces.
Un paso más hacia una fertilidad libre, informada y accesible
Preservar la fertilidad no es solo una técnica médica. Es una decisión personal, íntima, muchas veces postergada. Y por eso, acompañar esa decisión con datos, ciencia y acompañamiento humano es parte de nuestro compromiso. La directora científica de Tambre y autora principal del estudio, la doctora Ángela Llaneza, explica que “entender cómo ha evolucionado la vitrificación de óvulos nos permite acompañar mejor a cada mujer en su decisión. Porque cada óvulo preservado es una oportunidad de futuro”.
En Tambre, mirar al futuro también es cuidarlo. Y cada dato que recogemos tiene un único objetivo: ayudarte a decidir con libertad.
Trends in Oocyte Vitrification: Patient Demographics and Outcomes from 2015 to 2023
Á. Llaneza, A. Bullido, C. Andrés, S. Cortés, L. Serrano, J.A. Horcajadas