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Descubriendo la ventana de implantación entendiendo el ciclo menstrual

Ventana de implantación y ciclo menstrual_Clínica Tambre

Como hemos estado explicando en anteriores artículos, hay un concepto primordial en fertilidad llamado ‘ventana de implantación’. Su entendimiento e identificación pueden ayudar, como toda información, a comprender mejor el tratamiento que se lleva a cabo y sus posibles resultados y, además, a enfrentar el proceso de otra manera. ¡Vamos allá!

 

¿Cuánto sabes sobre la fisiología de la mujer?

Cuando una mujer nace, cuenta con todos los óvulos de los que va a disponer en toda su vida, que son aproximadamente unos 2 millones. Asimismo, hay que tener en cuenta que en ningún momento se ‘crean’ nuevos óvulos y que unos 400.000 dejarán de existir después de la pubertad. Esta etapa está marcada por la llegada de la fase fértil de la mujer, caracterizada por la reactivación del sistema de liberación de gonadotrofinas, la maduración del aparato genital, el crecimiento de los huesos, la capacidad de ser fértil y el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios.

También en la pubertad, que es el periodo que se da entre los 10 y los 16 años, debería aparecer la primera menstruación, y esto nos lleva al siguiente apartado, centrado en saber un poquito más sobre el famoso, pero a veces desconocido, ciclo menstrual.

 

Primeras fases del ciclo menstrual

Para aprender sobre el ciclo menstrual es necesario entender que las hormonas foliculoestimulante (FSH) y luteinizante (LH) se producen en cerebro, en concreto en la hipófisis, la cual se estimula con la producción de GnRH (hormona liberadora de gonadotropina) proveniente del hipotálamo. La FSH y la LH estimulan los ovarios, y estos, al producir estrógenos y progesterona, actuarán sobre el desarrollo del endometrio.

El ciclo menstrual comienza el primer día de regla y tiene una duración estándar de 28 días, aunque puede durar de 21 a 35 días y ser ligeramente diferente cada mes.

La menstruación marca el comienzo de la fase folicular, durante la que los niveles de estrógeno y progesterona son bajos. Esto desencadena la descomposición y el desprendimiento de las capas superiores del revestimiento uterino. En esta fase la FSH aumenta levemente y propicia que se generen varios folículos (es decir, los ‘saquitos’ donde se desarrollan los óvulos). Según avanza la fase folicular, la concentración de FSH disminuye y un folículo dominante se mantiene en desarrollo, produciendo estrógenos de forma gradual.

 

El ciclo menstrual: ovulación y fase lútea

La fase ovulatoria comienza con un pico de hormonas LH y FSH. La hormona luteinizante desencadena la liberación del óvulo, conocida como ovulación, que generalmente ocurre entre 16 y 32 horas después del mencionado aumento. Durante este periodo los niveles de estrógeno alcanzan su punto máximo, y la progesterona comienza a aumentar.

La última fase que hay que entender es la lútea, cuando los niveles de LH y FSH disminuyen. El folículo que liberó el óvulo en la fase anterior se cierra y forma una estructura llamada cuerpo lúteo, que produce progesterona. La concentración de estrógenos sigue siendo alta en la mayor parte de esta fase. 

Cabe señalar que tanto la progesterona como el estrógeno contribuyen al engrosamiento del revestimiento uterino, preparándolo para la posible implantación del óvulo fecundado. Si el óvulo no se fertiliza, el cuerpo lúteo se degenera y deja de producir progesterona. A su vez, los niveles de estrógeno disminuyen, lo que provoca el desprendimiento de las capas superiores del revestimiento uterino y el inicio de la menstruación, dando lugar al comienzo de un nuevo ciclo menstrual.

Si el óvulo es fertilizado y se inicia un embarazo, el cuerpo lúteo continúa funcionando durante las primeras etapas del embarazo, contribuyendo a su mantenimiento.

 

Fertilización e implantación

Como se ha mencionado anteriormente, habiendo repasado las fases del ciclo menstrual, nos va a ser mucho más sencillo entender el concepto de ventana de implantación, pues para ello, saber cuándo y cómo ocurre la ovulación es crucial.

En el ciclo menstrual de una mujer la ovulación generalmente ocurre alrededor del día 14, aunque la precisión puede variar según la mujer y según la duración de los ciclos individuales. Durante este proceso, el ovario libera un óvulo que viaja hacia la trompa de Falopio, donde espera encontrar a los espermatozoides para la posible fecundación.

Es importante tener en cuenta que el óvulo tiene una vida útil relativamente corta de aproximadamente 24 a 48 horas, mientras que los espermatozoides pueden sobrevivir
en el tracto reproductivo femenino durante un período más prolongado, hasta 72 horas o incluso más.

Si la fecundación tiene éxito, el óvulo fecundado da origen a un embrión que continúa dividiéndose a medida que viaja a través de la trompa de Falopio en dirección al endometrio. La implantación del embrión generalmente ocurre alrededor del día 6 al 9 después de la ovulación, marcando el inicio de un posible embarazo.

 

La ventana de implantación

La ventana de implantación se conoce como el periodo en el que mejores condiciones tiene el endometrio para que se produzca la implantación del embrión, es decir, el momento en el que el endometrio está más receptivo. Esta etapa es corta y depende del efecto de los estrógenos y la progesterona en el revestimiento uterino.

La ventana de fertilidad se identifica con los posibles días de ovulación, pues 2-3 días antes de ello y 2 días después, es cuando más posibilidades hay de quedarse embarazada.

Identificar la ovulación es fácil para las mujeres que tienen síntomas muy evidentes en esta fase, como pueden ser el dolor abdominal, el aumento de la libido, la aparición de un flujo vaginal transparente y el incremento en la cantidad de este, además de algo que puede medirse: un aumento de la temperatura basal.

También podemos identificar la ovulación, y por lo tanto obtener información sobre la ventana de implantación, a través de los tests de ovulación, que se realizan con una muestra de orina y detectan el aumento de LH que ocurre de 24 a 48 horas antes de la ovulación.

Si el objetivo de querer encontrar la ventana de implantación es quedarse embarazada y a los 6 meses de intentarlo de forma natural no se ha conseguido, hay que plantearse la opción de pedir consejo reproductivo a un profesional. Quienes nos dedicamos a la reproducción asistida contamos con una vasta experiencia y con una gran cantidad de pruebas diagnósticas, como los tests de receptividad endometrial, que pueden ayudar a personalizar tu caso y conseguir tu meta de tener un bebé.