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Las manos que nos cuidan: celebramos el Día Internacional de la Enfermería

Equipo de enfermería de Tambre Madrid, grupo Tambre enfermeras

Cada 12 de mayo rendimos un homenaje a una de las labores más esenciales en cualquier ámbito de la salud: la enfermería. En Tambre, este día tiene un significado especialmente profundo. Además de reconocer el compromiso clínico o el conocimiento técnico, celebramos la humanidad que cada profesional aporta a un proceso tan íntimo, vulnerable y trascendental como lo es un tratamiento de reproducción asistida.

En el corazón de cada historia de vida que nace en Tambre Fertility Clinic hay un equipo de enfermeras de fertilidad, compuesto en su totalidad por mujeres que, con delicadeza, rigor y una extraordinaria capacidad de empatía, acompaña a cada paciente para que se sienta única, cuidada, entendida y acompañada.

Ellas son Marta, Maribel, Cristina, Sónia, Puri, Ania, Ana, Angélica, Soledad, Stephanie, Jackie y Bianca.


Un rol que va más allá del cuidado

En la medicina reproductiva, el papel de la enfermería ha evolucionado hasta convertirse en un eje vertebral del proceso asistencial. Las enfermeras especializadas en reproducción asistida no solo ejecutan procedimientos clínicos, sino que gestionan, informan, coordinan, tranquilizan y acompañan. Son gestoras de la confianza del paciente, mediadoras entre la técnica y la emoción, guardianas de los tiempos y las palabras.

Marta Ruano, responsable de enfermería en Tambre, lo explica con claridad:

“Somos un pilar fundamental. Desde la primera analítica hasta la transferencia embrionaria, estamos presentes. Coordinamos con los médicos, los embriólogos, el personal de laboratorio… pero, sobre todo, estamos con el paciente, paso a paso.”

Y cuando dice “estamos”, no se refiere únicamente a una presencia física. En Tambre, el equipo de enfermería en fertilidad construye vínculos que trascienden la consulta, la bata y la técnica. En cada interacción hay un esfuerzo por comprender las emociones del otro, por traducir la medicina a lenguaje humano, por hacer que el miedo se disipe y el tratamiento se viva con mayor serenidad.


La rutina que nunca es rutinaria

El trabajo diario de una enfermera de reproducción asistida en Tambre es dinámico, intenso y sobre todo, vocacional. Cada jornada implica planificación quirúrgica, gestión de medicación, coordinación en tratamientos con donación de gametos, seguimiento de resultados, aplicación de tratamientos…

“Estamos en todo el proceso”, explica Marta. “Desde la primera llamada hasta el seguimiento obstétrico. Explicamos cómo administrar la medicación, preparamos la intervención, cuidamos en planta después de la punción, resolvemos dudas, escuchamos. A veces somos la primera cara que ven, y a veces, la última a la que abrazan antes de marcharse con una sonrisa y una beta positiva.”

El equipo también participa en congresos, investiga y se forma de manera constante. Porque la ciencia en fertilidad avanza, y ellas avanzan con ella. La actualización constante es parte de su compromiso con la excelencia.


Profesionales del cuidado

Hablar con el equipo de enfermería en reproducción asistida de Tambre es sumergirse en un espacio donde la profesionalidad convive con la emoción sin perder rigor. Es común que pacientes vuelvan años después, con sus hijos de la mano, para dar las gracias. Marta recuerda uno de esos momentos con especial cariño: una paciente que acudió años atrás regresó con su hijo adolescente, solo para mostrarle “de dónde venía”.

“Me buscó por mi nombre y me dijo: ¿te acuerdas de mí? Fue muy emocionante. Me dijo que quería enseñarle a su hijo dónde empezó todo. Esos gestos lo dicen todo”.

En un entorno como el de Tambre, donde se trabaja con pacientes que luchan por alcanzar un sueño, la implicación emocional es inevitable.

“Hay historias que te marcan, momentos en los que se te escapa una lágrima, tanto de alegría como de frustración. Pero eso también es parte del compromiso”, confiesa Marta.


Un equipo que es referencia

En 2025, Tambre consolida su papel como referente nacional e internacional en medicina reproductiva avanzada. Y ese liderazgo no se entiende sin el papel clave de su equipo de enfermería en tratamientos de fertilidad. Las enfermeras no son una pieza más en el engranaje clínico: son el hilo conductor entre la ciencia y la esperanza, entre el tratamiento y la confianza, entre la técnica y el calor humano.

Marta, al frente del equipo desde hace años, no duda en reconocer la valía de sus compañeras:

“Tengo la suerte de trabajar con profesionales excepcionales, con años de experiencia y una calidad humana incuestionable. Ellas hacen que mi trabajo sea más sencillo y, sobre todo, hacen que el paciente se sienta seguro, comprendido y acompañado.”


Porque no hay vida sin cuidado

En Tambre lo tenemos claro: en cada paso que da un paciente hacia su maternidad o paternidad, hay una enfermera especializada en fertilidad ofreciendo apoyo, empatía y profesionalidad. Son muchas las figuras que intervienen en un tratamiento de fertilidad, pero pocas tan constantes, tan cercanas y tan indispensables como ellas.

Desde Tambre queremos rendir homenaje a quienes, con su entrega silenciosa, hacen que la experiencia de nuestros pacientes esté marcada no solo por la ciencia, sino por el calor humano.

A nuestro equipo de enfermeras: gracias por ser guía, apoyo, consuelo y alegría. Gracias por cuidar, por implicaros, por emocionaros y, sobre todo, por estar.

Gracias Marta, Maribel, Cristina, Sónia, Puri, Ania, Ana, Angélica, Soledad, Stephanie, Jackie y Bianca.

Feliz Día Internacional de la Enfermería. Vuestro trabajo deja huella. Siempre.