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¿Sabías que fumar puede afectar a tus óvulos, al endometrio, al desarrollo embrionario y a la salud reproductiva futura de tus hijos? Afortunadamente, tu cuerpo tiene una enorme capacidad de recuperación cuando dejas el tabaco. En este artículo, te explicamos con precisión médica y lenguaje cercano cómo influye el tabaco en la fertilidad femenina y masculina, qué ocurre en los tratamientos de reproducción asistida y qué beneficios se activan cuando decides dejar de fumar.
Fumar y fertilidad: una relación silenciosa pero profunda
La relación entre tabaco y fertilidad no es siempre visible a primera vista, pero es mucho más profunda de lo que solemos imaginar. Fumar no solo afecta a los pulmones o al sistema cardiovascular, sino también al aparato reproductor, tanto en hombres como en mujeres. La nicotina, el monóxido de carbono, el alquitrán y más de 4.000 sustancias químicas presentes en los cigarrillos tienen un impacto directo sobre los órganos, las células sexuales y los procesos hormonales involucrados en la concepción y el embarazo.
“La mayoría de las pacientes no relaciona el tabaco con su reserva ovárica o la calidad de los óvulos, pero es una de las primeras cosas que evaluamos cuando una mujer llega a consulta por problemas de fertilidad”, explica la Dra. Esther Marbán, ginecóloga especializada en reproducción asistida de Tambre. “Y no solo en ellas: el impacto sobre el semen y el ADN espermático en los hombres también es considerable”.
El tabaco se comporta como un tóxico a múltiples niveles. En mujeres, acelera la pérdida de óvulos, altera la ovulación, empeora la calidad ovocitaria y embrionaria, y reduce la receptividad del útero al embrión. En hombres, afecta a la cantidad y movilidad de los espermatozoides y daña su ADN. En ambos casos, se incrementan las dificultades para concebir y los riesgos durante el embarazo.
Cómo afecta fumar a la fertilidad femenina
El principal impacto del tabaco en la fertilidad femenina está en la reserva ovárica. Fumar acelera el envejecimiento ovárico, provocando una pérdida más rápida de folículos primordiales (los precursores de los óvulos). Esto significa que las mujeres fumadoras pueden ver reducida su ventana fértil varios años antes que las no fumadoras. Estudios clínicos han demostrado que la menopausia se adelanta entre 1 y 4 años en mujeres que fuman habitualmente.
Además, el tabaco interfiere en la producción de estrógenos, las hormonas esenciales para una ovulación regular y una maduración ovocitaria óptima. Como resultado, la ovulación puede volverse irregular y los óvulos que se liberan pueden tener menor calidad, lo que reduce las probabilidades de fecundación y aumenta el riesgo de anomalías cromosómicas.
Por otro lado, el endometrio, el tejido que recubre el útero y donde debe implantarse el embrión, también se ve afectado. Fumar altera su vascularización y receptividad, dificultando que el embrión pueda anidar correctamente. “El endometrio necesita oxígeno y un entorno estable para recibir al embrión. El tabaco altera ese equilibrio”, añade la Dra. Marbán.
Los riesgos no terminan ahí. El tabaquismo durante la etapa reproductiva se ha asociado con mayor riesgo de embarazo ectópico (fuera del útero), parto prematuro, bajo peso al nacer y aborto espontáneo. Las mujeres que fuman más de 20 cigarrillos diarios duplican su riesgo de pérdida gestacional.
Fumar y tratamientos de fertilidad
En pacientes que se someten a técnicas de reproducción asistida, como la fecundación in vitro (FIV), el impacto del tabaco es aún más evidente. Según los datos recopilados por distintas clínicas de fertilidad, las mujeres fumadoras requieren más dosis de medicación para estimular la ovulación, producen menos ovocitos, obtienen embriones de peor calidad y sus tasas de implantación son más bajas. En conjunto, esto se traduce en una tasa de embarazo hasta un 30% menor en comparación con mujeres no fumadoras.
“Los tratamientos de fertilidad no pueden revertir los efectos acumulados del tabaco en el cuerpo. Sí pueden ayudar, pero si la paciente deja de fumar, sus posibilidades mejoran sensiblemente”, apunta la Dra. Marbán.
Además, fumar durante el tratamiento puede interferir con la eficacia de los fármacos, alterar los ciclos hormonales e incluso aumentar el estrés oxidativo en el entorno uterino. Todo ello reduce las probabilidades de que un embrión se desarrolle con éxito y continúe el embarazo.
Fumar también afecta a la fertilidad masculina
Aunque se ha prestado históricamente menos atención, el impacto del tabaco en la fertilidad masculina es innegable. Fumar reduce la calidad del semen: disminuye la concentración de espermatozoides, su movilidad y su morfología normal. Todo esto dificulta la fecundación del óvulo, tanto de forma natural como asistida.
Además, uno de los efectos más preocupantes es el aumento de la fragmentación del ADN espermático, lo que reduce la viabilidad del embrión y eleva el riesgo de fallos de implantación o anomalías en el desarrollo embrionario. También se ha observado una disminución de proteínas clave para la formación del semen y alteraciones hormonales, como una menor producción de estrona y estradiol.
La buena noticia es que estos efectos tienden a ser reversibles en los hombres que dejan de fumar. A los pocos meses, la calidad seminal suele mejorar de forma progresiva, aunque depende de la edad y el nivel de exposición acumulada.
El humo de segunda mano: un enemigo invisible
Los efectos del tabaco no se limitan al fumador activo. Las mujeres que conviven con fumadores o están expuestas a ambientes con humo de forma regular pueden ver su fertilidad afectada. El llamado humo de segunda mano contiene muchas de las sustancias tóxicas del cigarrillo y puede influir negativamente en la reserva ovárica, la calidad del endometrio y el desarrollo del embrión.
Durante el embarazo, la exposición pasiva al humo del tabaco también aumenta el riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y problemas respiratorios en el recién nacido. Por eso, dejar de fumar no solo es una decisión personal, sino también una forma de proteger el entorno reproductivo y familiar.
¿Qué ocurre cuando dejas de fumar?
A pesar de los efectos negativos del tabaco, el cuerpo humano tiene una gran capacidad de recuperación, especialmente si se actúa a tiempo. Dejar de fumar antes de buscar embarazo —o durante un tratamiento de fertilidad— mejora notablemente las probabilidades de concebir y llevar un embarazo a término con éxito.
Los beneficios empiezan a notarse en pocas semanas. Mejora la oxigenación de los tejidos, disminuye el estrés oxidativo celular y se estabilizan los niveles hormonales. En el caso de las mujeres, el endometrio se vuelve más receptivo, los óvulos tienen mayor probabilidad de estar en buen estado y se reduce el riesgo de anomalías en la implantación. En los hombres, mejora la calidad seminal y disminuye la fragmentación del ADN espermático.
“La reserva ovárica perdida no se puede recuperar, pero hay muchos otros aspectos de la fertilidad que sí mejoran tras dejar el tabaco. Lo más importante es que nunca es tarde”, asegura la Dra. Marbán.
¿Sabías que…?
- La tasa de embarazo en mujeres fumadoras es un 30% más baja en reproducción asistida.
- La menopausia puede adelantarse hasta 4 años en fumadoras habituales.
- Dejar de fumar 3 meses antes de un tratamiento mejora significativamente la calidad embrionaria.
- En hombres, dejar de fumar puede reducir la fragmentación del ADN espermático en más de un 20%.
La decisión de cuidarte, sin culpa y con información
Dejar de fumar no es fácil, y menos aún cuando se enfrenta un proceso tan emocional y complejo como la búsqueda del embarazo. Por eso, el enfoque no debe ser el de la culpa, sino el del autocuidado y la decisión informada. La fertilidad es un aspecto sensible y personal, y cada pequeño cambio cuenta.
En Tambre, los equipos médicos abordan cada caso con una mirada integral, acompañando a las pacientes en todos los aspectos que pueden influir en su capacidad reproductiva. “Nos centramos en el presente y en lo que sí se puede hacer. Dejar el tabaco es uno de los pasos más importantes para mejorar tu salud reproductiva y la de tu futuro bebé”, concluye la Dra. Marbán.
Cada paso cuenta
La evidencia es clara: el tabaco perjudica la fertilidad femenina y masculina, afecta al desarrollo embrionario y puede tener consecuencias a largo plazo en la salud reproductiva de la descendencia. Pero también lo es que dejar de fumar mejora de forma significativa todos estos aspectos, incluso en plazos relativamente cortos.
Si estás buscando embarazo, ya sea de forma natural o mediante un tratamiento de reproducción asistida, dejar el tabaco puede marcar la diferencia. No es un proceso sencillo, pero sí es una decisión poderosa, personal y transformadora.