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La biopsia testicular

cirugía

La biopsia testicular es una técnica sencilla que puede realizarse con anestesia local y que no requiere de ingreso hospitalario, pero lógicamente es más desagradable que la obtención de una muestra para un seminograma y un análisis de sangre que es a lo que suele limitarse el estudio del varón. Sin embargo en muy pocos casos es necesaria la realización de la biopsia testicular y suele ceñirse a tres indicaciones:

  1. En la criptorquidia o testículos no descendidos en el adulto básicamente con el objetivo de descartar degeneraciones malignas que es una de las posibles complicaciones de no haber resuelto quirúrgicamente este problema antes de la pubertad.
  2. En la aspermia o falta de eyaculación, cuando no es posible conseguir una muestra del semen con electroestimulación de la próstata o con lavado de la orina en los casos de eyaculación retrógrada.
  3. En las azoospermias o casos en los que no se encuentran espermatozoides en el semen. En estos casos el tratamiento y el pronóstico van a depender drásticamente de si no se producen espermatozoides –azoospermia secretora- o si, tras producirlos, estos no consiguen unirse al semen para salir en la eyaculación –azoospermia secretora-

Aunque una entrevista detallada y una adecuada exploración física y analítica nos pueden hacer sospechar ante cuál de las dos causas de azoospermia nos encontramos, solo la biopsia testicular y el estudio al microscopio del tejido obtenido nos permitirán realizar un diagnóstico con certeza.
Pero la utilidad de la biopsia testicular no es solo diagnóstica. Desde la aparición de las técnicas de ICSI es posible utilizar los espermatozoides aislados del tejido biopsiado, tanto en azoospermias obstructivas como en buena parte de las secretoras, para fecundar con ellos el ovocito en el laboratorio de fertilización in vitro.