Susana Cortés

La verdad es que siempre quise ser veterinaria, pero no me dio la nota, por lo que comencé con la carrera de Ciencias Biológicas, que era mi segunda opción. Al acabar la carrera de biología sales muy descolocada, y me comentaron que estaban buscando personal en el INIA (Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias) para trabajar como meritorio (que en aquel entonces estaba permitido).

Poco a poco me fui introduciendo en este sector, realizando mi tesina y mi Tesis Doctoral en el departamento de Reproducción Animal de este Instituto, pero ya becada por el mismo. Allí conocí a la Dra. Isabel Vázquez (una de mis directoras de Tesis Doctoral) a través de la cuál conocí a la Dra. Rocío Núñez (mi otra directora de Tesis) y al Dr. Caballero Peregrín, dos personas muy importantes de la Reproducción Humana Asistida y con los cuales he ido creciendo como bióloga y como persona, y a los cuales les agradezco enormemente la posibilidad que me brindaron. A partir de aquí mi vida se vinculó a la Clínica Tambre como embrióloga, de eso hace ya más de 20 años.

La dirección del laboratorio implica tener todos los equipos técnicos y los embriólogos ajustados como un perfecto reloj suizo. El intentar que siempre haya un buen clima de trabajo y colaboración es muy importante para que todo funcione. Además, implica estar en continua renovación y estar al tanto de todas las novedades existentes para poderlas introducir a fin de aumentar el éxito de nuestros tratamientos.

Nuestra función es ayudar a construir familias, y el agradecimiento (simplemente una sonrisa, o una foto del bebé) es lo que llena nuestras vidas. También es muy importante el agradecimiento al esfuerzo de las pacientes que, incluso tras haberlo intentado, no han conseguido el embarazo.

Muchas veces es muy complicado, ya que como dice mi compañera Carolina Cordero, nuestros éxitos son los éxitos de nuestras pacientes, y sus fracasos son los nuestros. Además, muchos de los trabajadores de la Clínica Tambre hemos pasado por lo mismo que pasan nuestras pacientes, por lo que somos capaces de entender todas sus emociones, y ponernos en su piel…. porque hemos estado donde ahora están ellas. Lo más difícil es dar las malas noticias, lo sabemos, pero de nosotros siempre obtendrán la verdad y la empatía para poder seguir adelante.

Han sido muchos, como he dicho, no solo hemos tenido compañeras en la misma situación, sino también familiares. Pero poder ayudar a una persona que tras múltiples fracasos al final del camino ha logrado embarazarse es lo más maravilloso del mundo.

¿Libres?…entre el trabajo y estar siempre estudiando hace que tenga pocos. El tiempo libre que tengo lo comparto y disfruto con mi familia, da igual lo que hagamos, pero juntos.