Dra. Paloma Sánchez

Desde pequeña decía que de mayor quería ser médico, tenista y madre; al menos he cumplido dos de mis sueños. Mi padre también era médico y creo que de ahí vino mi vocación. Sabía que no iba a ser un camino fácil, pero sin duda ha merecido la pena.

A la especialidad de ginecología y obstetricia llegué un poco más por casualidad. Me gustó durante la carrera, por lo amplia que es y las muchas posibilidades que ofrece el cuidado integral de la mujer en todas sus etapas de la vida.

Respecto a la fertilidad, me formé en un hospital con una unidad de reproducción muy potente y con unos profesionales maravillosos que me despertaron la curiosidad y la pasión por este ámbito dentro de la ginecología y sin duda, ha sido una de las mejores decisiones de mi vida. No es fácil tener un trabajo en el que disfrutes cada día.

Tambre es una clínica muy consolidada en España, con muchos años de experiencia y que sigue creciendo y mejorando día a día, tanto a nivel nacional como internacional. Siempre abogamos por la última tecnología y la mejor calidad. Y esto lo avalan los resultados que obtenemos. Pero lo que realmente hace especial a Tambre es la parte humana, el equipo que forma parte de Tambre.

Cada uno de los trabajadores con los que he tenido el placer de conocer y trabajar día a día, se vuelcan en cada uno de los casos que dan nuestros pacientes, acompañándolos y haciendo que el paciente se sienta a gusto en estos tratamientos tan complejos.

Totalmente. Fue cuando era residente. Me permitieron hacer mi primera inseminación artificial y 14 días después comprobé el resultado positivo. Nunca te llegas a acostumbrar, cada uno de los positivos me alegran el día.

A día de hoy tenemos que seguir avanzando y apostando por la investigación para poder tener más respuestas y más soluciones para nuestros pacientes. Por aquí yo creo que vamos en el buen camino. Pero, además, uno de los retos que veo imprescindible es apostar por la educación de la población sobre la fertilidad.

La verdad es que es imposible quedarse con un caso en concreto, me siento orgullosa de todos y cada uno de los embarazos conseguidos. Obviamente, siempre hay alguno que por su dificultad o largo camino conmigo recuerdas con especial cariño. Al igual que me pasa lo contrario, también hay casos que te marcan especialmente por no haberlo conseguido y se te queda una pequeña espinita clavada.

Me encanta el momento en el vienen a la clínica a presentarme a los peques, felices por haber cumplido su sueño.

Hay una frase de Virginia Hederson que me gusta mucho y la tengo siempre presente en mi vida: “si puedes curar, cura. Si no puedes curar, alivia. Si no puedes aliviar, consuela. Y si no puedes consolar, acompaña”. Mi tranquilidad es saber que independientemente del resultado final, siempre haré todo lo que esté en mi mano para luchar e intentar conseguirlo.

Intento desconectar, pasar tiempo de calidad con mi familia y hacer deporte. Me gusta correr escuchando música, jugar al pádel y no perdono unos días de montaña y esquí al año, lo disfruto mucho.